Estaba de paso por Quito, y aprovechamos para saber qué sucedía con la batalla que -desde hace meses- libra la actriz ecuatoriana de mayor proyección internacional.

Dista mucho de ser la mujer dulce y prudente. Marisol Romero es efervescente, y apasionada… como ella misma dice en su -nada pulcro- castellano “soy jodida”. Luce magnífica a sus 38 años, y mientras conversamos, Ariel, su único hijo, hace demostración de sus habilidades acrobáticas.

Aunque sigue esbelta y altiva, Marisol pasa por un mal momento. Nos cuenta que todo empezó cuando su compañera de set e íntima amiga, Ruddy Rodríguez, le sugirió el nombre de Haik Gazarian como el hombre idóneo para manejar la carrera de Marisol y enrumbarla hasta las nubes. Creyendo que así sería, nuestra actriz designó a Gazarian como su representante y dio el número de la cuenta bancaria del venezolano, para que le sean depositados ahí, los honorarios de su trabajo en la segunda temporada de “Amas de casa desesperadas”.

En principio todo marchaba bien. “Mientras yo estaba grabando no sentí nada raro, porque en realidad no necesitaba dinero. La producción me pagaba la vivienda, un auto con chofer, alimentación y vestuario. Sólo necesitaba pagar la escuela de Ariel y algo de dinero de bolsillo. Para entonces contaba con un pequeño fondo de ahorros y cuando pedía que se hagan los pagos a la escuela, Gazarian los hacía”, nos cuenta.

La temporada de filmación terminó y Marisol decidió entonces quedarse en Buenos Aires, y buscar una oportunidad de trabajo en un mercado competitivo. “Buenos Aires es el Nueva York de Sudamérica, en el campo de la actuación dramática hay mucha oferta, mucha demanda y yo quería tomar clases formales para enfrentarme de mejor manera a un medio tan exigente”. Y es que pese a que Marisol es un rostro reconocido no sólo en su país, sino en Colombia, Perú y Panamá, en Argentina nadie la conoce.

Así que emprendió la aventura de buscar oportunidades en un lugar extraño, y con su hijo a cuestas. Podría darse el lujo de no percibir ingresos por unas semanas porque contaba con el dinero que había ahorrado en los meses anteriores y que estaban –supuestamente- bien resguardados por su representante. En ese momento no tenía idea del infierno que estaría por vivir…

Marisol afirma que Gazarian empezó a dar toda clase de excusas cuando ella pedía su dinero. “Es que no lo tengo porque lo invertí para que ganes plata”, “es que el dinero está en Miami y yo tengo que ir personalmente a retirarlo”, etc… lo cierto es que los días se hicieron semanas y las semanas meses, sin que Marisol recupere su plata. Son siete meses que ella ha dedicado tiempo y esfuerzo a seguir con esa batalla legal. En el intermedio ha actuado para un par de capítulos en dos seriados en Colombia, una de esas ocasiones personificó a una lesbiana en “Asesinas” y para otra vez tuvo la grata sorpresa de encontrarse con Erika Vélez en el set de “Sin retorno”.

Pero estas dos experiencias gratas, no la han distraído del objetivo de recuperar su dinero que -originalmente- ascendía a 72 mil dólares, pero que se triplicó por una disposición de las leyes de la Florida para estos casos. Y es justamente allá donde se ventila el juicio que Romero ha planteado contra Haik Gazarian. Un prestigioso bufete jurídico de Miami está respaldando su causa. “Este grupo de abogados no aceptan montos menores al millón de dólares, pero decidieron apersonarse de mi caso, por ser amigos de Iván”.

El “Iván” al que se refiere, es su novio… no habla mucho de él, porque como ella afirma “ahora estamos en recreo”, haciendo alusión a la separación temporal de la pareja. Pero sabemos que es un abogado con inclinación para el canto lírico, con 35 años y argentino. Las circunstancias difíciles generaron fricciones, y los dos tomaron distancia. Pese a ello, Marisol considera que hoy tiene una relación de verdad. “Siempre busqué relaciones conflictivas, con hombres difíciles, porque quería evitar los lazos duraderos. Me asustaban las cosas ‘para siempre’”. Sin embargo cree que hoy está preparada para constituir una familia, aunque confiesa no querer más hijos.

A veces las condiciones adversas permiten conocer realmente a las personas, y en este tiempo Romero ha comprobado quienes son sus amigos y quienes no. Este embrollo no sólo le ha costado dinero, sino la amistad de Ruddy, quien ha tratado de permanecer al margen del asunto, cosa que no resulta tan sencilla, no sólo porque fue ella quien presentó a Marisol con Gazarian, sino porque este “angelito”, fue pareja de Ruddy por años y actualmente es su socio en la producción del largometraje “Venezzia”. Y –al parecer- Romero no es la única perjudicada por Gazarian; la actriz de telenovelas Gabriela Spanic también. Por eso tiene un juicio en contra de él, por los ingresos de una producción multimedia hecha hace algunos años.
Pero no todo es malo, en toda esta crisis, Romero ha contado con sus amigas de siempre, su novio y por supuesto su Ariel, quien ha estado junto a su mamá en los peores momentos. Ha vivido este tiempo gracias a préstamos de amigos… pero eso no ha sido suficiente. Se ha visto obligada –entre otras medidas drásticas- a retirar a Ariel del colegio. “Mi hijo es un niño que ha tenido que crecer rápido, ha visto llorar a su madre y eso es lo que más me duele”.

Pero Marisol es fuerte. No es el primer golpe que recibe en la vida. Cuando tenía 17, el cáncer se llevó a su madre y como ella cuenta “pasé de ser una niña mimada, a ser una persona que resolvía los problemas a golpes”. Y esa dureza muchas veces ha sido un motor. En el año 94, luego de haber incursionado en la televisión y en la producción dramática, tomó sus maletas y se fue un año a estudiar y a probar suerte en Nueva York. “Si pudiera volver el tiempo atrás, me quedaría más tiempo; en aquel entonces, tuve miedo y decidí volver a la comodidad de mi país”. Cada uno de esos tropezones han consolidado a la mujer que es hoy, de armas tomar, y aunque se nota su tristeza, ella no está derrotada. Sigue golpeando puertas, y dado su talento, su indomable carácter y su imagen alguien le abrirá. Por lo pronto se revela contra esa arraigada costumbre ecuatoriana de preferir lo extranjero antes que lo nacional. Le duele ver cómo su ex amiga Ruddy es la imagen de un importante centro comercial en Guayaquil. También se molesta cuando escucha aquello de que “en el país no hay talento”… “Cómo va a haber si no nos dan la oportunidad” dice enojada.

Marisol Romero es una pionera. Ha logrado salir con su trabajo fuera de nuestras fronteras, y al hacerlo ha abierto un camino que ojalá sea seguido por muchos ecuatorianos, porque aquí sí hay talento y aunque nuestra industria cinematográfica está –todavía- en dolores de parto, se siguen haciendo esfuerzos para vernos en pantalla grande, y parte de ese esfuerzo lo llevan actores y actrices.

Marisol está desesperada… pero no estará así por mucho tiempo. Es talentosa, fuerte y constante, la receta para triunfar plenamente. No sólo esperamos que la justicia haga su trabajo, sino que la carrera de nuestra actriz se intensifique porque su éxito es el éxito de todo un país que busca referentes en muchos ámbitos.

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